Una disertación consiste en realizar un ejercicio de reflexión personal que busca responder a una pregunta planteada. En este caso, desde la asignatura de Filosofía se lanzó la siguiente cuestión: ¿El feminismo es solo cosa de mujeres?
De entre todas las disertaciones entregadas, la ganadora fue la del alumno Miguel Orta Aguado de 1ª de Bachillerato A, que argumenta lo siguiente:
A lo largo de la historia siempre ha habido desigualdad de género y esto ha llevado a las mujeres a realizar multitud de protestas, pero no es hasta el siglo XVIII cuando hay una toma de conciencia colectiva de esta situación y se desarrolla un movimiento ideológico y social que luchará por la igualdad y contra la violencia de género, el movimiento feminista. Desde este siglo hasta la actualidad las mujeres se manifestaron y reivindicaron sus derechos en muchas ocasiones cambiando la mentalidad de muchas personas. Se ha logrado mucho, pero a día de hoy no se ha conseguido la igualdad completa entre hombres y mujeres. Debido a la dificultad para superar diferentes aspectos socioculturales, generacionales, económicos… se generan muchos conflictos y dudas.
¿Es solo el feminismo cosa de mujeres?
Esta pregunta no tiene una respuesta clara ya que nos encontramos con una gran multitud de opiniones distintas. El feminismo, como definición, no habla de superioridad, ni de discriminar al otro género; combate las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. Ser feminista no significa menospreciar o castigar a los hombres. Por ende, lo lógico sería responder diciendo que no, es decir, los hombres también deberían ser aliados de este movimiento.
Personas de prestigio opinan abiertamente sobre este tema: Por ejemplo, la escritora Rosa Montero: «El feminismo no es sólo cosa de chicas. Hay que deconstruir una historia milenaria y si estamos cambiando el mundo, completando la historia, también cambiará la vida de los hombres. ¿Cómo no les va a interesar?». Incluso la escritora ha destacado que la diferencia de esta «oleada» feminista frente a otras es que «por primera vez incluye de una forma muy notable a los hombres».
Otra postura defiende que el feminismo es solo cosas de mujeres. Esta respuesta tiene menos apoyo que la anterior y aquí aparecería un nuevo concepto, el denominado generalmente como “el feminismo radical”. Es una corriente dentro del movimiento feminista que sostiene que la raíz de la desigualdad social es el patriarcado, definido como el sistema de opresión del hombre sobre la mujer. También ha surgido el término “feminazi” que se usa para designar al feminismo extremo, es decir, que la mujer está por encima del hombre. Una de las mayores representantes de este tipo de feminismo fue Kate Millet que publicó incluso una tesis llamada Política Sexual (1970) en la que incluía mensajes como estos:
“El patriarcado se apoya sobre dos principios fundamentales: el macho ha de dominar a la hembra, y el macho de más edad ha de dominar al más joven” o “El mundo fantástico forjado en torno al sexo fomenta la ilusión de poder y se apoya doblemente sobre la cosificación de la mujer”. Con este tipo de mensajes Kate Millet afirma que en la raíz de la desigualdad de género encontramos la ambición de poder, no solo en el ámbito privado sino también en el público y político. Solamente desde la política podremos cambiar esta desigualdad.
Es importante recalcar que muchos hombres tienen miedo de perder de alguna forma sus derechos debido a la fuerte repercusión que está teniendo el movimiento feminista, por lo que intentan evitar el acercamiento a él. Por ejemplo, debido a la ley de violencia de género, es decir, a muchos hombres les preocupa el simple hecho de que una mujer pueda culparlos y hacer que vayan a prisión de manera legal aun siendo inocentes. Esto sucede porque en la actual legislación hay una defensa y protección de la mujer en todos los ámbitos frente al hombre para intentar compensar las desigualdades existentes.
En resumen, hay dos respuestas. Una que recibe al hombre como aliado del movimiento y otra, por el contrario, que lo excluye. En mi opinión el feminismo debe estar apoyado por los hombres ya que es un movimiento que busca la igualdad. Hoy en día debido a la implicación del género masculino, se está consiguiendo “igualar la balanza” gracias a la lucha conjunta. Por otra parte, puedo llegar a entender el sentimiento acumulado de las mujeres por tantos años de opresión y por ello reclamar este movimiento como su propio objetivo, pero no estoy de acuerdo con su idea radical porque no todos los hombres somos iguales y no somos «el sexo contrario» sino «el sexo complementario».