Todo indica que Daniela Bernal Moya, alumna de 2ºESO del IES Palomares, es una joven promesa literaria. Durante el confinamiento decidió cambiar su papel, pasó de leer a escribir y empezaron a surgir historias que recoge un su primer libro publicado: Una batalla para recordar.
Nos podemos hacer una idea de cómo es la autora según la descripción que versa sobre ella en el libro: “Daniela tiene 14 años y una pasión reconocida, los libros. Los libros y su familia, los libros y el baloncesto. Los libros y… todo lo demás. Porque aunque hay mucha vida en los libros, ella es vida. La mayor de una familia de tres hermanas, a los cinco años descubrió el mundo de la lectura y pidió a los Reyes Magos una librería. Desde entonces no ha parado de leer: literatura infantil, juvenil y ahora el apasionante mundo de la novela negra”.
¿Qué te motivó a escribir un libro?
Los motivos de mi iniciación en la escritura son un poco abstractos. Ni siquiera sé porqué decidí sentarme un día en mi escritorio y comenzar a teclear. Lo que sí sé, es que al poco tiempo de empezar, me di cuenta de que eso me gratificaba, y pensé en convertir el que por aquel entonces era un pequeño relato, en un libro.
¿Siempre has querido escribir?
Sinceramente, no. La verdad, es que desde muy pequeña, me fascina el mundo de la lectura, pero de ahí a escribir… hay un gran paso. Ahora que lo pienso, nunca me había planteado escribir. Desde que tengo memoria, me había decantado siempre por oficios relacionados o pertenecientes a la investigación y la policía, pero ahora…estoy dudando un poco. Puede que esto el día de mañana no sea nada, pero, ¿y si lo es? No sé, todavía no he sacado conclusiones.
¿Cuál fue el primer libro que te impactó?
Recuerdo como si fuera ayer, que el primer libro que yo fui capaz de leer sola, y que le pedí a mis padres por haber empezado a leer, fue «El extraño caso del calamar gigante» el libro número 31 (me parece) de la colección de Gerónimo Stilton.
Tu libro está escrito en pleno confinamiento, ¿tenías un lugar y momento favorito para escribir?
La verdad es que no. Lo mismo escribía un día a las 2 de la madrugada en mi habitación, que escribía otro a las 4 de la tarde en el sótano.
El confinamiento coincidió con varios momentos importantes en tu vida: el cambio del colegio al instituto, hacer nuevos amigos, tropezarte con nuevas asignaturas o enfrentarte a una serie de visitas importantes al médico debido a una parálisis facial, como narras al comienzo del libro. ¿Ha sido la escritura una terapia para ti? ¿Qué te aporta escribir?
Pues lo cierto es que no ha sido una terapia. Aunque no han dado todavía con la causa de las parálisis, se dice que lo más probable es lo que las desencadene el estrés. Puede que escribir sea una salida, pero no estoy muy segura. Por otra parte, darle forma a cosas que me pasaban a diario, me divertía, porque de alguna manera, pasaron de ser cotidianas a especiales.
¿Qué otras aficiones tienes aparte del baloncesto, al que también dedicas espacio en tus relatos?
La lectura, como ya dije, es una de ellas. También me encanta pasar tiempo con mis amigos o simplemente ir a clase para verlos.
Tu tía, primas, hermanos, padres, abuelos… tienen una presencia muy importante en tus relatos ¿qué significa para ti tu familia?
Qué es para mí mi familia… Pues, diría que son como un andador para un bebé que comienza a andar, o un sendero en medio de la nada. Nunca me han fallado y siempre han estado ahí cuando los he necesitado.
Me ha llamado la atención el capítulo titulado “El mejor día de la semana” en el que narras cómo el mejor día –que antes era un sábado- pasó a ser “el día que viene mi prima”. Es curioso cómo el confinamiento marcó radicalmente nuestras vidas y nuestras rutinas. ¿Qué hecho te resultó más destacable y cómo se refleja en tu libro? ¿Destacarías algún capítulo?
El no ver a mi familia en meses, los aplausos, las mascarillas, el miedo o la angustia que hemos pasado más que nunca o el no conocer las caras de tus compañeros, serían hechos destacables. Creo que hay un capítulo dedicado a la primera salida después de meses en casa… Ese sería el que me gustaría destacar, por las rarezas que esta ocasionó.
¿A qué género adscribirías tu novela?
Supongo que a la novela social.
¿Estás escribiendo más ahora?
La verdad es que no. Ahora mismo, no dispongo del tiempo necesario que hay que darle a un libro, pero me estoy planteando comenzar una nueva historia este verano.
¿Quién ha diseñado la portada y cómo?
La portada fue diseñada por mi vecina y amiga Bea, que a su vez es la madre de dos estudiantes del IES Palomares, Manuela y Bruno Rus.
Un día, decidimos quedar en su casa, y comenzamos a seleccionar imágenes que me gustaban. Había de todo, desde relojes hasta pergaminos. Pero, tras hablar conmigo, se puso manos a la obra y diseñó la portada que hoy día aparece en el libro.
¿Dónde podemos conseguir el libro?
En un principio, es un libro muy familiar o para amigos más directos. Puede que en un tiempo sí decida publicarlo.