Estimadas familias:
Ha concluido el primer trimestre más difícil, por las circunstancias de todos conocidos, de los últimos años. Todos hemos hecho un esfuerzo por adaptarnos a la nueva situación y por remediar académicamente las insuficiencias en la enseñanza y el aprendizaje que trajo el confinamiento del pasado curso. Seguimos pensando que nuestra apuesta por las clases presenciales está siendo fundamental en este sentido.
Sin embargo, en las sesiones de evaluación del primer trimestre, se ha repetido en no pocas ocasiones un mismo mensaje: la falta de trabajo por parte de los alumnos. Los distintos departamentos didácticos han tomado nota de los resultados y, como siempre hacen, están tomando decisiones para mejorar en todos los ámbitos. Pero sabemos que hay un factor insustituible para aprender: querer hacerlo. Hemos detectado una carencia insoslayable: el hábito y la responsabilidad de realizar las tareas cada día, preparar adecuadamente las pruebas escritas y orales.
Está claro que el confinamiento del año pasado ha contribuido a que nuestros alumnos hayan descuidado en muchos casos estas responsabilidades que son imprescindibles para conseguir el éxito académico. Pero pasado este primer trimestre del curso 2020-21, debemos solventar cuanto antes esta situación.
Para ello, pensamos que debe haber una mejora general en la organización (uso de la agenda y suficiente previsión ante las actividades, exámenes y trabajos), en el horario personal (dormir las horas necesarias) y en la constancia (horas diarias continuadas, en vez de “atracones” de última hora.
En conclusión, desde el Equipo Directivo os pedimos que inculquéis en vuestros hijos este mensaje: de su trabajo cotidiano depende en gran medida que consigan los objetivos que deben alcanzar; como hemos comentado, sin esa parte del trabajo común es imposible que se produzca ningún tipo de enseñanza.
Gracias por vuestra colaboración.